Es el Corazón que se regocija alegremente
reflejándose en mi rostro sonriente
en medio del girasol ardiente
donde el amado se hace presente.
Marcho hacia mi encuentro paciente
meditando sobre mi cambio permanente
buscando la paz ferviente
venciendo al mal airosamente.
Sonrisa del corazón que me haces frente
justificas mi sufrimiento flagelante
donde el buen Dios se manifiesta indulgente
ante mi conversión de valentía ferviente.
Elaborado el sábado, 16 de noviembre de 2013
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