Mi búsqueda por el éxito
me hace débil y esclavo
queriendo sentir mi valía
en ser estimado con algarabía.
Pongo mi humildad en ti Señor
entregándote el reloj de mi vida
para que manejes mi tiempo
y rendirte con total pleitesía.
Mi corazón se hace místico
alabándote en todo momento
con los Santos y Ángeles del cielo
exclamando: ¡Santa Trinidad mía!
Elaborado el viernes, 21 de marzo de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario