domingo, 16 de noviembre de 2014

Corazón Decaído


Peligro mortal me acecha
La sombra del maligno me rodea
Pensamientos sombríos en mi cabeza
No hallo en mí la ansiada fuerza.

Cruel destino me condena a la pereza
No me levanto con la suficiente entereza
La angustia a mi corazón lo despedaza
Viviendo una vida de malignas rarezas.

En el horizonte marítimo veo la esperanza
Una cruz me invita a rezar con alabanza
La gracia divina a mi corazón descansa
Donde el maligno huye con desafianza.

Al comprender mi pecado, mi alma solloza
Las lágrimas del arrepentimiento suavizan
El Salvador viene a mí en su real naturaleza
Invitándome a vivir con total grandeza.

Elaborado el jueves, 25 de abril de 2013

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